He olvidado ya algunos detalles, pero sé que en el momento en el que mi amante me terminó y yo decidí terminar también con mi matrimonio estaba resuelta a empezar una nueva vida al lado de mis hijos y mis padres, sola.
En ningún momento perdí contacto con quien había sido mi amante. Tal vez albergaba la esperanza de que las cosas entre nosotros no terminaran. Y así fue. Mientras me mudaba a la casa de mis padres, transcurrieron dos meses, tiempo en el que me seguí viendo con él. Es curioso, pero aunque estaba gordita él sólo me decía que estaba linda. Dejé de preocuparme por la comida. Empecé a comer normalmente, evitando las galguerías y los excesos. Empecé a sentirme tranquila y dejé de tener periodos de ansiedad. Esa ansiedad loca que me llevaba a comer como por diez personas. Y para mi sorpresa, bajé de peso y sin sufrir. Todo el mundo lo comenta y me pregunta como lo hice. Qué ironía, tanto tiempo maltratándome, sufriendo y lo logré sin pensarlo.
Ha sido la relación más tranquila que he tenido, y paulatinamente empecé a olvidar a quien había sido mi tortura, quien además ya tenía nueva amante… ja, ja, ja otra a la que como dice la canción: “le hará lo mismo que a mí”.
Pero aún faltaba resolver un detalle: mi amiga. Ella no sabía y yo cada vez estaba más encarretada y me moría de celos cada vez que lo llamaba a proponerle cosas. Un día, en un arranque y sin pensarlo mucho le pedí a él que le dijera que habíamos salido. Se puso histérica, y llamó y empezó a amenazarme. Estaba totalmente descontrolada. Durante este tiempo ella le dió su versión a todo el mundo: "yo le había quitado el novio". Eso me ha costado muchas enemistades hasta la fecha.
En algún momento me enamoré de él... y ahora no concibo vivir sin él. Creo cada una de sus palabras y los hechos me han demostrado que me quiere. Tal vez tuve que sufrir todo lo que sufrí para que cuando él llegara a mi vida lo supiera valorar.
Puedo decir que hoy soy feliz. A su lado me siento segura y protegida y anhelo cada instante estar con él.
En ningún momento perdí contacto con quien había sido mi amante. Tal vez albergaba la esperanza de que las cosas entre nosotros no terminaran. Y así fue. Mientras me mudaba a la casa de mis padres, transcurrieron dos meses, tiempo en el que me seguí viendo con él. Es curioso, pero aunque estaba gordita él sólo me decía que estaba linda. Dejé de preocuparme por la comida. Empecé a comer normalmente, evitando las galguerías y los excesos. Empecé a sentirme tranquila y dejé de tener periodos de ansiedad. Esa ansiedad loca que me llevaba a comer como por diez personas. Y para mi sorpresa, bajé de peso y sin sufrir. Todo el mundo lo comenta y me pregunta como lo hice. Qué ironía, tanto tiempo maltratándome, sufriendo y lo logré sin pensarlo.
Ha sido la relación más tranquila que he tenido, y paulatinamente empecé a olvidar a quien había sido mi tortura, quien además ya tenía nueva amante… ja, ja, ja otra a la que como dice la canción: “le hará lo mismo que a mí”.
Pero aún faltaba resolver un detalle: mi amiga. Ella no sabía y yo cada vez estaba más encarretada y me moría de celos cada vez que lo llamaba a proponerle cosas. Un día, en un arranque y sin pensarlo mucho le pedí a él que le dijera que habíamos salido. Se puso histérica, y llamó y empezó a amenazarme. Estaba totalmente descontrolada. Durante este tiempo ella le dió su versión a todo el mundo: "yo le había quitado el novio". Eso me ha costado muchas enemistades hasta la fecha.
En algún momento me enamoré de él... y ahora no concibo vivir sin él. Creo cada una de sus palabras y los hechos me han demostrado que me quiere. Tal vez tuve que sufrir todo lo que sufrí para que cuando él llegara a mi vida lo supiera valorar.
Puedo decir que hoy soy feliz. A su lado me siento segura y protegida y anhelo cada instante estar con él.
