domingo, 23 de marzo de 2008

ORACIÓN A ANA

Ana, aquí estoy. Mi cuerpo en mis manos quedó hecho ruinas. Te entrego lo que soy para que me lleves a la perfección que anhelo.

Confío en tí y mi mente y mi corazón hoy te entrego. Ya no quiero seguir siendo lo que soy y tú tienes el poder de cambiarme.

Lléname de la fortaleza necesaria para no sucumbir ante el demonio que representa la comida chatarra. Recuérdame siempre la felicidad que se siente al saber que mientras otras engordan yo cada vez estoy más linda y puedo usar la ropa que ellas no, aunque sienta un poco de vacío en mi interior.

Exquisita es la mesa que aderezas para mí: verduras, frutas y bebidas con escaso contenido calórico. Esto será lo único que entre a mi boca.

Perdóname si ante la gente te niego o te reprocho, pero tú sabes que nuestra relación se debe mantener oculta.

Siempre miraré las calorías de lo que ingiero y los números de la balanza me seguirán todos los días. Cualquier pecado lo pagaré de rodillas en el inodoro.

Ayúdame a serte fiel.

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